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4 de septiembre de 2017CAPACITACION PARA JOVENES EN CRIA Y SELECCION DE MERINO
4 de septiembre de 2017El estado de ánimo de quienes toman decisiones es una variable fundamental que
termina incidiendo en la evolución del nivel de actividad económica y la tasa de
crecimiento. La lectura del comienzo del segundo semestre del 2017 parte de un
sistema político sumamente bloqueado, recurrente en la temática pero sin poder
avanzar y eso pega mal en el estado de ánimo de empresarios y consumidores. Las
dificultades para competir en las empresas y para conseguir trabajo empiezan a
formar parte de la conversación cotidiana. En este contexto, aparecen algunos
indicadores que permiten la sospecha que la segunda mitad del 2017 no va a ser
tan auspiciosa como el cierre del año pasado y el comienzo de este.
Cuando aparecen las primeras señales de un cambio de humor hay que tener
mucho cuidado. Por un lado, porque hay otras tantas que van en sentido contrario,
y por otro, es posible que sean circunstanciales. De todas formas, el momento
actual merece ser considerado con cautela y mucho cuidado ante la aparición de
nuevas señales que tienen que ver con los Concursos, la suspensión de cuentas
bancarias, la morosidad del crédito y las mediciones de confianza en los
consumidores.
Evidentemente no se desea transmitir que hay urgencia por decretar estado de
alerta, pero en la coyuntura actual vale la pena manifestar la inquietud ante el
deterioro de esos indicadores e incorporarla en la lista de temas a seguir de cerca.
En particular, cuando se deban hacer previsiones de crecimiento del año que viene.
En primer lugar, los informes de la Liga de Defensa Comercial (LIDECO) para el
primer semestre dan cuenta de un aumento en los Concursos y en las cuentas
bancarias suspendidas. En cuanto a los Concursos, luego de 2013 y 2014 a razón
de 62 por año se observa una suba en 2015 (a 90 en el año), con una leve baja a 76
en el 2016. El promedio de los primeros seis meses del 2017 contra el mismo
período en el 2016 arroja una suba del 46%. Una proyección de esta tasa para el
segundo semestre determinaría un nuevo record (desde que está el régimen de la
Ley 18.387) con más de 110 casos en el año.
En cuanto al total de cuentas bancarias suspendidas y clausuradas, se observó una
fuerte suba del 2015 contra el 2014 cuando pasaron de 1.584 a 2.144. El año
pasado volvieron a bajar levemente y cuando se miran los primeros seis meses del
2017 se observa un aumento del 0,38% entre el año terminado en mayo en los dos
últimos años.
Otro indicador, en línea con los anteriores, sobre una mayor “pesadez” en la
economía y empresas con dificultades, es el porcentaje de morosidad que tienen
las instituciones financieras. En particular los bancos, donde se observa que la
morosidad del BROU pasa del 4,9% en julio del año pasado al 6,1% en el mismo
mes de este año. En la banca privada, de los cuatro principales bancos comerciales,
solo uno mejora la morosidad. Los tres restantes la empeoran entre un 18% y un
38%.
Cuando se miran las empresas administradoras de crédito se observa que hay
mayor morosidad. El ratio de cartera vencida contra la cartera total pasa del 17%
al 18,4% entre julio de los dos últimos años. Este deterioro nos acerca más al
consumidor.
La encuesta de satisfacción del consumidor que elabora la Universidad Católica
tiene algo que decir sobre el sentimiento que tienen las personas al momento de
decidir su consumo. Se trata de una batería de indicadores como la predisposición
a comprar bienes durables, la expectativa sobre la situación personal y la
expectativa sobre la situación del país. En cada caso se pregunta sobre un
horizonte más corto y otro más largo (tres años). Luego de una recuperación hasta
el primer trimestre del año se observa un deterioro en el índice global que se ubica
por primera vez incluso por debajo del nivel del año pasado.
El tipo de cambio bajo mejora la confianza puesto que el componente “compra de
bienes durables” se ve impulsado por el menor precio relativo. A pesar de este
abaratamiento hay señales de que la mejora se frena.
También hay señales complejas en la evaluación de las perspectivas personales,
pero en ese caso la caída en la cantidad de puestos de trabajo y el menor ingreso de
las familias está jugando en contra. Solo tiene una compensación parcial en la
reducción de la inflación.
En definitiva, no hay una batería de señales que justifiquen una alarma. Tampoco
se puede confirmar que se revierte la tendencia al crecimiento que nos distingue
de la región. Sin embargo, son indicadores muy calificados e importantes que en la
medida que se mantengan van a concretar una señal de advertencia, por lo menos
para un horizonte de un año adicional.
En efecto. El próximo año 2018, que ya se encuentra presente dentro de la
evaluación de las perspectivas y en el horizonte de las decisiones empresariales,
se verá influido por un lado, por una nueva ronda completa de los Consejos de
Salarios con su natural impacto, ronda que nos fuera anunciada por el propio
Ministro Ernesto Murro en su reciente visita al Consejo Directivo de la Cámara
Mercantil de Productos del País el pasado 15 de agosto; así como por otro lado, la
presentación de un nuevo proyecto de ley de Rendición de Cuentas en el primer
semestre del nuevo año, aspectos ambos que deberán estar razonablemente
alineados con la evolución de las señales de alerta que nos condicionan
actualmente.
Cr. Gonzalo González Piedras
Gerente General
Cámara Mercantil de Productos del País