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24 de abril de 2017Para Gabriel Capurro, integrante de la Asociación Rural del Uruguay, Uruguay tiene un alto potencial de crecimiento en la producción y exportación de carnes. “Estamos en 400 mil toneladas anuales, podemos llegar a 500 mil”, aseguró, pero hay una serie de limitantes que atentan contra esa posibilidad.
Capurro, al participar de la conferencia organizada por El País y Carve en la Expo Melilla, titulada “Carnes uruguayas, Alta calidad más allá de las cuotas”, enumeró las que desde su punto de vista son algunas de esas limitantes. En primer lugar puso las limitantes propias del sector productor y de la idiosincrasia de los productores. “Dicen que somos viejos y conservadores, lo cual en general es cierto”. Pero recordó el viejo dicho de que “el que se quema con leche ve la vaca y llora”, y agregó que los productores “nos hemos quemado muchas veces”.
Al respecto, citó como uno de los grandes inconvenientes para invertir y crecer, al cambio en las reglas de juego. Como por ejemplo, aumentos impositivos y crecimiento del peso relativo de impuestos “ciegos”, como el impuesto a la tierra, que no fue lo que en el plano político se dijo se iba a hacer.
“Es difícil intensificarse en un marco de cambio de reglas de juego permanentes, y de criterios”, dijo Capurro, quien recordó que el impuesto a la tierra se cuadruplicó en millones de dólares desde 2005.
“Nos encantaría tener las mismas condiciones impositivas que los proyectos de inversión de las pasteras. Pero lo que más nos encantaría es que no se modifiquen las reglas de juego, como se les garantiza a las pasteras”, enfatizó el productor. Las favorables condiciones que se le aseguran alas pasteras, además, pueden significar “una asimetría que determine una ineficiente asignación de recursos”.
Para Capurro, la comercialización de haciendas es otra limitante para la inversión. Dijo que la oferta y la demanda tienen fuerzas desiguales. “La concentración de la demanda no es mala en sí misma. El asunto es que lleve a que las utilidades del negocio no se repartan en forma razonablemente equitativa. Creemos en el libre mercado. Pero cuando las fuerzas no son iguales debería regularse para que las fuerzas sean más parejas”, expresó. Y agregó que “el principal interesado en que se distribuya de forma equitativa tiene que ser el gobierno”.
Tardáguila Agromercados.