“Desde el punto de vista climático fueron, en términos generales, la primavera y el verano más complicados de los últimos años” puntualizó, agregando que “esto provocó que los productores tomen decisiones que habitualmente no se hacen, como ventas anticipadas y ajuste de la carga ante la oferta de pasturas bajas, lo que generó un desarme de la estructura productiva tanto de la escalera de novillos, animales solteros y animales de cría, lo que daña las empresas”.

El especialista remarcó que también se perdieron pasturas implantadas y praderas, que se han recuperado en este otoño, donde mejoraron las lluvias y las temperaturas acompañaron, “pero hay que recordar que el crecimiento de pasturas en la primavera estuvo entre 30 y 40% por debajo del promedio” lo que va a traer problemas sin dudas desde el punto de vista productivo.

Ante esto entonces, “es posible esperar menores kilos producidos por hectárea por ese factor, y posiblemente también menos kilos de producción”.

El comportamiento del dólar, salvo estos últimos días, que estuvo estancado y con una inflación moderada, traerá un crecimiento en los costos de producción, principalmente los costos en pesos, subrayó Molina.

“Es posible esperar una reducción en los ingresos en términos generales, pese a que los precios del ganado acompañaron a valores normales en todo el ejercicio, incluso mejores en este otoño”.

Para graficar esta situación el ejercicio dejará “menos productividad, más costos de producción y precios similares, lo que genera menos ingresos y además no hay que olvidar que hay empresas con problemas financieros, lo que se había visto en ejercicios anteriores, con reducciones en los saldos de caja”.

Al ser consultado por los distintos sectores, señaló que “es difícil de ver por la diversidad de situaciones a nivel climático y es difícil ver si hay diferencia entre los sistemas de producción, por lo que las empresas criadoras y de ciclo completo muestran ingresos menores a los de años anteriores” finalizó.