¿Qué carnes demanda el mundo?
13 de julio de 2017Pul llegó a un acuerdo con sus trabajadores
13 de julio de 2017Por Pedro Veiga
En Uruguay es común que las vacas preñadas pierdan peso en invierno. Estudios recientes han comprobado que restricciones alimenticias durante la preñez pueden comprometer el desarrollo futuro del animal gestado. Esta síntesis sobre programación fetal, desarrollada por el doctor Pedro Veiga, permite ahondar en el asunto.
El fundamento
La mayoría de las vacas de cría en Uruguay paren y desarrollan su lactancia en los meses de primavera, el período de mayor oferta de pasturas naturales del año. Como consecuencia, las vacas pasan el invierno preñadas entre su segundo y tercer tercio de gestación, con pérdidas de peso de menor o mayor importancia según la pastura disponible y los suplementos utilizados.
Como la carga invernal determina la carga anual del establecimiento, el productor ha buscado mantener la mayor cantidad de vacas posibles en el invierno aceptando pérdidas de peso, con el objetivo de lograr una mayor cantidad de terneros al destete. Esa pérdida de peso controlada en general ha sido bien manejada, ya que las vacas pierden peso pero luego se recuperan en primavera, y se vuelven a preñar con un buen manejo y tecnologías como el destete temporario y precoz.
Hasta ahora se consideraba solamente el estado de las vacas y su futuro desempeño reproductivo, asumiendo que el feto no sufría las pérdidas de peso de la madre. Pero en los últimos años se ha comprobado que una mala nutrición de la vaca durante la gestación puede comprometer el desempeño productivo futuro de los animales que están siendo gestados.
El referente
Pedro Veiga se ha especializado en temas que afectan el crecimiento animal y la calidad de carne. Ha profundizado en los factores que condicionan el desempeño animal en cada etapa del ciclo productivo y de qué manera una etapa repercute en la siguiente y en el producto final.
Su experiencia
Influencia de nutrición materna en el desarrollo fetal
Durante años fue enfatizada la importancia de atender los requerimientos de las vacas gestantes, especialmente durante el último tercio de la gestación, debido a que en ese periodo se produce el 75% del crecimiento fetal. Pero cabe preguntarse ¿qué importancia tiene la alimentación de la vaca en los meses anteriores de la gestación? ¿Es necesario atender las exigencias de energía y proteína durante toda la preñez, o eso es económicamente inviable? Estas son preguntas que muchos productores se realizan al momento de planificar la nutrición de las vacas, ya que entre un 70 a 80% de los costos de producción de un establecimiento ganadero son direccionados al rubro alimentación animal. Tal vez esa forma de economizar no sea una buena opción, considerando que tan importante como reducir costos de alimentación es obtener una progenie saludable y con alta tasa de crecimiento.
La influencia de la nutrición materna en el desarrollo fetal y su impacto sobre el desempeño y la calidad de la carne de la progenie son muy importantes. La nutrición materna durante la gestación es uno de los principales factores que afectan el crecimiento y desarrollo muscular fetal, con efectos que persisten por toda la vida del animal, aún cuando no haya alteración en el peso al nacimiento. El músculo tiene menor prioridad en la partición de nutrientes durante el desarrollo fetal, comparado con órganos tales como el cerebro, corazón e hígado. Como consecuencia, el músculo presenta mucha variación en los nutrientes que recibe y frente a deficiencias nutricionales puede verse comprometido su desarrollo.
Consecuencias de la restricción de nutrientes durante la gestación
La capacidad de crecimiento y la ganancia de peso de un ternero está determinada por el número de fibras musculares, es decir, la cantidad de fibras de su cuerpo, que luego del nacimiento comenzarán a aumentar de tamaño (hipertrofia muscular).
La restricción de nutrientes entre el segundo y el séptimo mes de gestación resulta en una disminución del total de fibras musculares, por lo que la nutrición de la madre debe ser priorizada principalmente en el tercio medio de gestación. Una restricción posterior al séptimo mes no causa una reducción significativa en el número de fibras y la disminución de su crecimiento puede ser compensada luego del nacimiento; nacerá entonces un ternero liviano pero de alto potencial de crecimiento. Sin embargo, se debe tener mucha precaución con las restricciones alimenticias severas sobre el final de la gestación, ya que puede verse comprometida la cantidad y calidad de calostro, con consecuencias negativas para los terneros como menor viabilidad, terneros enfermos y mayor mortandad post-natal.
Una buena alimentación en el tercio medio de la gestación también es fundamental para definir la cantidad de células adiposas intramusculares (grasa intramuscular), que determina el potencial de marmoreo de la carne de ese animal.
En resumen, estudios recientes demuestran que los mejores resultados en términos de desempeño productivo y calidad de carne no están solamente relacionados con el plano nutricional al que están sometidos los animales en la fase de crecimiento y terminación. La nutrición materna durante la gestación afecta no solo el desarrollo fetal sino también el desempeño de ese animal a lo largo de toda su vida, así como la calidad de la carne por él producida.
TIPS:
- Evite pérdidas de peso en las vacas preñadas en el segundo tercio de gestación, planificando su alimentación de forma adecuada.
- Una carga adecuada, un buen manejo del campo natural y el uso de suplementos proteicos en general son suficientes para mantener el estado de las vacas en invierno
- Considere que las consecuencias negativas de la pérdida de peso de la vaca preñada se arrastran a lo largo de toda la vida productiva del animal gestado.
- Como criador, comunique a su cliente las ventajas de terneros de alto potencial de crecimiento, hijos de vacas bien alimentadas.
- Como comprador de terneros, valore los animales de alto potencial de crecimiento producidos en sistemas que alimentan bien a sus vacas preñadas.
- Si maneja un ciclo completo o incompleto, transfiera un ternero de alto potencial a la siguiente etapa de recría/invernada y obtenga mejores resultados productivos globales.