Chicago consolidó la tendencia bajista al inicio de marzo mientras las lluvias ratificaron las perspectivas de una zafra con rendimientos que ya están muy cerca de anotar un nuevo récord si el clima acompaña hasta la cosecha.  La oferta tomó el control del mercado y eso presiona a los precios hacia abajo en un escenario negativo para el conjunto de las materias primas. El reporte del USDA del jueves elevó más de lo esperado la proyección sobre stocks mundiales con la cosecha sudamericana que continuará presionando sobre el mercado posiblemente este mes y el que viene.

Luego de un repunte por rumores sobre cambios en el régimen de biocombustibles en Estados Unidos, los aceites de soja corrigieron hacia abajo agregando una presión bajista al complejo de la oleaginosa. Si bien se ha especulado con que los fondos se redirigirían hacia las materias primas ante un escenario de mayores presiones inflacionarios, se necesitan noticias positivas para que ello, algo que no está en el corto plazo para los granos. De no haber problemas con la recolección de soja en América del Sur, el próximo factor de volatilidad sería el del clima para la siembra en Estados Unidos. El próximo mojón para el mercado será el 31 de marzo cuando el USDA divulgue los primeros datos sobre intención de siembra en base a relevamiento entre productores. Las principales empresas ven un incremento de 2 millones de hectáreas en el área de soja estadounidense, como lo confirmó este lunes Informa Economics.

Este lunes casi no hubo variación en Chicago con el contrato de julio cerrando en US$ 373,2 por tonelada. Con estos valores y las actuales primas los valores locales base acopio se ubican sobre US$ 353 por tonelada. Mientras los precios bajan alejándose del valor objetivo de los productores sobre US$ 380 por tonelada, las perspectivas de rendimiento se consolidan luego del último episodio de lluvias que llegaron justo para los cultivos. El gerente de semillas de Barraca Erro, Marcelo Ferreira, dijo al programa Tiempo de Cambio de radio Rural que hoy se puede manejar un “piso” de rendimiento sobre 2.400-2.500 kilos por hectárea y de ahí para arriba”. Agregó que hay “buena disponibilidad hídrica” sin que haya zonas o áreas importantes en que los rendimientos esperados se ubiquen por debajo de 2.000 kilos por hectárea. Si se tomara un rendimiento de 2.500 kilos y una superficie de 1,25 millones de hectáreas se llegaría a una producción de 3,125 millones de toneladas contra 2,5 millones de la zafra anterior.

Blasina y Asoc.