El Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Fernando Mattos, realizó un balance del año que está finalizando, destacando los desafíos que atravesó el sector agropecuario y las medidas adoptadas para enfrentarlos. Según señaló, el 2024 estuvo marcado por un clima extremo que afectó la producción, la infraestructura y las dinámicas del mercado, además de una intensa actividad política, sanitaria y comercial.

Impacto climático y sus secuelas
El ministro subrayó que los efectos de la gran sequía continuaron durante este año, a los que se sumaron lluvias excesivas en el otoño que dañaron tanto las cosechas como la infraestructura necesaria para retirar los granos. Esta situación motivó la declaración de emergencia vial, con recursos extraordinarios destinados a las intendencias para atender la crisis.

Mattos explicó cómo estas condiciones climáticas afectaron la implantación de pasturas, lo que repercutió negativamente en la alimentación del ganado y en la producción de leche. Además, mencionó las heladas y la problemática del HLB en los cítricos. Aunque este último no se extendió significativamente en Salto, continúa siendo motivo de atención.

Mercados y precios: luces y sombras
En relación a los mercados internacionales, el ministro destacó varios logros, como la apertura para productos como los estómagos bovinos y la carne con hueso para Israel, además de la reducción del período de permanencia de 90 a 46 días para exportaciones. Sin embargo, reconoció que los precios actuales de los granos no cumplen con las expectativas, mientras que los valores de la carne y la leche mostraron buenos niveles.

El comportamiento errático del dólar también marcó el año, con una cotización baja durante la mayor parte del período, pero un repunte significativo en los últimos dos meses. Esto, dijo Mattos, genera desafíos para enfrentar los costos de producción.

Conflictos laborales y su impacto en el sector
Uno de los aspectos más controvertidos del año ha sido la conflictividad laboral, particularmente en la cadena cárnica. Mattos expresó su preocupación por las medidas tomadas por la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines (FOICA), las cuales, según él, han perjudicado tanto a productores como a trabajadores del sector.

“El productor agropecuario no puede ser rehén de estas medidas. Es inaceptable dejar animales encerrados en corrales por días, afectando no solo al bienestar animal, sino también la imagen del país”, sostuvo el ministro.

Además, señaló que estas acciones generan pérdidas económicas significativas y afectan la trazabilidad, uno de los pilares fundamentales de la credibilidad internacional del sistema ganadero uruguayo.

Sanidad animal y compromisos asumidos
Mattos destacó los avances en sanidad animal, a pesar de las críticas recibidas, particularmente en el control de la garrapata. Resaltó el cambio en la reglamentación, la difusión de información, la capacitación y la introducción de nuevos principios activos para combatir esta problemática.

El ministro subrayó que las campañas sanitarias deben realizarse en conjunto entre el sector oficial, los profesionales privados y los productores. “El ministerio está para colaborar y ayudar, no para sancionar, salvo en casos extremos donde se afecte a terceros por incumplimientos graves”, aclaró.

Expectativas para el futuro
De cara al cambio de administración que se producirá el 1° de marzo, Mattos reafirmó el compromiso de trabajar hasta el último día del mandato, asegurando una transición ordenada y completa.

Finalmente, destacó el alivio que ha significado la primavera actual, con condiciones favorables que no se veían desde hace tiempo, y reafirmó su voluntad de defender al sector agropecuario, el estatus sanitario del país y el funcionamiento de sus cadenas productivas.

Este año termina con desafíos importantes, pero también con avances significativos para el agro uruguayo, concluyó el ministro, llamando a todas las partes a encontrar soluciones que permitan la normalización del sector.