La situación de un grupo de remitentes a Indulacsa (Lactalis) –que cerró momentáneamente su planta industrial en Salto para quedarse solo con Cardona- es uno de los temas que se buscará atender, ya que ante el descenso en los niveles de remisión, esta empresa podría dejar de levantar la producción de estos tamberos. De Izaguirre dijo que la caída de la remisión se agudizó producto del magro precio por litro de leche  -por debajo de la media- que recibieron estos tamberos en los últimos dos años, lo que provocó serios problemas de liquidez para invertir en pasturas y reservas.

El presidente del Inale está preocupado porque durante los años 2015 y 2016 se cerraron 230 tambos, según registros que lleva el Inale. Eso marcó un retroceso en el número de explotaciones del 8% anual, cuando el promedio histórico se ubicaba en 1,5%. Agregó que todo parece indicar que el arranque de 2017 esa agudización en la bajada de cortina de los tambos parece no detenerse, ya que prácticamente todos los fines de semana de la zafra de ganado lechero de otoño los escritorios rurales siguen agendando liquidaciones.

Si bien el ganado lechero de esos predios suele ubicarse con facilidad en otros tambos que ya están en marcha, es una señal de alerta que cada vez sean menos las explotaciones que se dedican a este rubro en todo el país.

“El desafío es tratar de buscar herramientas que permitan que gente joven cuente con alternativas financieras para iniciar su propia explotación”, indicó De Izaguirre.

Tardáguila.