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7 de septiembre de 2017“Estamos bien pero vamos mal; si miramos datos recientes tenemos un impulso de crecimiento, pero cuando miramos si esto es el comienzo de algo prolongado se hace imposible proyectar una situación favorable”, dijo Ignacio Munyo anoche en la Expo Prado durante Mesa de análisis “Cómo estamos y hacia dónde vamos”, de la cual participó junto a Isaac Alfie y Javier de Haedo, organizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED).
Para Munyo, la región nos está ayudando y eso ya es un factor decisivo. “La inflación ha bajado y está en el objetivo del Banco Central, pero esta recuperación no viene de la mano con nuevos puestos de trabajo y la situación fiscal no mejora. El gobierno se ha comprometido en bajar el déficit fiscal un punto pero va a ser difícil que lo logre en lo que resta del período de gobierno”, expresó.
Para de Haedo “estamos casados con el vecino caro, se postergan los ajustes necesarios y se mantienen políticas inconsistentes que tienden a apreciar el peso, lo cual es prender el aire acondicionado y la calefacción al mismo tiempo. Habrá más de lo mismo en los próximos dos años como mínimo” insistió.
Por su parte, Alfie destacó que la actividad en el mundo ha crecido más de lo previsto, Europa dejó de lado la deflación y creció el empleo. “China también crece más de lo previsto, mientras que en la región tampoco hay sorpresas negativas. Uruguay ha crecido en los últimos tres o cuatro trimestres”, explicó.
Pero si bien el empleo ha crecido levemente, no crece en el total de horas trabajadas. Por otra parte, dijo que las empresas no están generando dinero, que existen problemas de rentabilidad que a mediano plazo se van a expresar con mayor claridad. “Si bien las exportaciones han subido, el 84% de la variación la explica China, lo que conlleva un riesgo por la concentración que supone. La agricultura está con enormes problemas de rentabilidad. El gasto público en Uruguay es 35% del PBI, similar al de Estados Unidos pero con un ingreso del 30% con respecto a ese país, lo que conduce a problemas para generar ahorro e inversión”, detalló.
Por otra parte, mencionó que la inversión extranjera ha sido la menor desde 2002. En cuanto a sus perspectivas, Alfie comentó que Brasil es una bomba de tiempo y que Argentina y Uruguay se manejan con una dinámica de deuda insostenible, pero que se mantiene mientras existe un financiamiento externo barato.
Munyo también hizo referencia a este punto: “mientras existe el acceso a financiamiento barato la situación no se siente”. Pero explicó que en Uruguay no sabemos salir del atraso cambiario sin una crisis y si se sigue por este camino estaremos con esta situación de atraso bastante más importante. “Es una situación crítica porque la rentabilidad desapareció, por otro lado la regulación laboral no facilita la contratación de mano de obra. La tendencia es muy fuerte, sin márgenes y con la posibilidad de producir sin contratar es difícil que haya un impulso de crecimiento de la mano de obra”, detalló. En este escenario planteó que una mayor inserción internacional es impostergable: “más mercados y menos tarifas de comercio exterior. La membrecía del Mercosur no nos aporta lo que se pretendió”, dijo.
Complementando a Munyo, Alfie dijo que todo el valor agregado uruguayo que transa en el Mercosur contando bienes y servicios es 0.9% del producto bruto, cuando el valor agregado de las relaciones regionales es casi seis puntos del producto bruto. “La mayoría de las transacciones con la región están fuera del acuerdo, el tema es querer”, dijo en referencia a la posibilidad de generar otros acuerdos comerciales.
Tardáguila Agromercados.