RESULTADOS REMATE N° 171 DE PLAZA RURAL.
11 de septiembre de 2016ES MOMENTO DE REALIZAR LA EVALUACIÓN DE APTITUD REPRODUCTIVA POTENCIAL DE LOS TOROS
12 de septiembre de 2016Con más de 40 años de experiencia en el negocio agropecuario, el empresario Gerardo Zambrano es un referente en ese sector y un reconocido rematador ganadero, que en entrevista con Campo reflexionó sobre algunos de los principales temas de la actualidad del agro uruguayo y dio su opinión respecto a asuntos que hoy están en discusión entre los productores.
Zambrano señaló que en el sector cárnico uruguayo “no hay ninguna unión”: lo que hay es “una industria frigorífica regulando la faena” y “el productor tratando de defenderse como puede”.
Respecto a la intención de los ganaderos de que el gobierno establezca que la compraventa de ganado debe concretarse en función de un precio fijado en la etapa de la faena previa al dressing, que es cuando se le extraen ciertos tejidos, órganos y grasa, Zambrano dijo que si la industria se opone a eso es porque debe tener algún beneficio entre la tercera y la cuarta balanzas.
El ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, “debería tener más oído” y “tratar de contemplar más a los productores” agropecuarios, opinó ese empresario. Consideró que ese secretario de Estado al “ser un productor (rural) tiene la obligación de ser más receptivo a los problemas del sector”.
El director de la empresa Zambrano & Cía. defendió la trazabilidad pero cuestionó la obligatoriedad de ese sistema de identificación del ganado.
A continuación un resumen de la entrevista.
—¿Cuál fue el objetivo de empezar a organizar conferencias?
—El sector agropecuario está cambiando y en algunos casos lo hace rápidamente, entonces uno tiene que visualizar esos cambios y adaptarse a ellos. Y tenemos la permanente inquietud de crear cosas nuevas y servicios novedosos. Por eso, en su momento no definimos nuestra empresa como un escritorio rural o un consignatario de ganado, sino que optamos por conformar una firma de servicios agropecuarios.
Eso nos obliga a estar tratando de innovar. Es una realidad que lo único permanente es el cambio. Esto es un aporte que no va a lo comercial de la empresa, sino a los productores y al sector.
En la conferencia “Creando futuro”, realizada el lunes 29 en la sede de Zambrano & Cía., se analizó una herramienta como es el mercado a futuro de novillos, que sería muy bueno que funcionara. Si la industria frigorífica no participa no le vemos mucha posibilidad de formación o crecimiento rápido. Pero si funciona en la agricultura, por qué no va a funcionar en la carne.
Otro de los temas planteados fue el mejoramiento productivo en los establecimientos rurales, que es un servicio que demuestra dar buenos resultados para el productor. Se trata de un análisis muy profesional.
Luego se abordó la evolución de la producción agrícola y las perspectivas económicas del país, de la región y del mundo, que sirve para visualizar qué puede pasar en los próximos tiempos.
Es un ciclo que pensamos repetir si los temas lo ameritan.
—¿Se corre el riesgo de que fracase este nuevo intento por crear un mercado de futuro de novillos?
—Faltan participantes más fuertes. Tenemos la misma inquietud que tuvimos cuando se lanzó esta herramienta hace un año en la Expo Prado.
Hace años participé en una iniciativa similar en Argentina, que allá fracasó. Lejos de tener un éxito asegurado, es una herramienta que es necesario hacer un esfuerzo para ponerla en práctica. Siempre y cuando los frigoríficos apoyen y aporten, el mercado de futuro va a funcionar. Hay que motivar esa vinculación de la industria.
La inquietud es que pueda no funcionar, para no llamarlo fracaso. La ventaja de este emprendimiento es que sus responsables (la firma Ufex) han insistido en simplificar la operativa.
—Con el cambio en la propiedad de los frigoríficos y el ingreso de compañías de Brasil, algunos empresarios pensaron que eso podría favorecer este tipo de mercados. ¿Está de acuerdo con eso?
—Más allá del problema de la extranjerización está el problema de la concentración de la industria frigorífica. Es un problema para el productor.
Hoy mismo está en el debate el funcionamiento de los frigoríficos, por los corrales de ganado que tienen para regular la faena cuando escasea la hacienda, como ocurre ahora.
La permanente lucha entre productores e industria por el tema de pagar en tercera o cuarta balanza le quita confianza al sector. Sostengo, al igual que el ex presidente del Inac (Alfredo Fratti), que no hay una cadena cárnica en Uruguay. Acá no hay ninguna unión, acá es la industria proponiendo precios, regulando faenas y el productor tratando de defenderse como puede. Con una diferencia: los dueños de los frigoríficos son pocos y los productores son muchos.
No hay acuerdos tácitos (entre los frigoríficos), hay sentido común. Si tuviera un frigorífico trataría de comprar la materia prima lo más barato posible, y eso es lo que hace la industria cárnica.
Si faenas poco y das licencia a los empleados, aprovechando otro de los beneficios, como la licencia especial, entonces todas esas cosas van contra la confianza. Cuando falta confianza es difícil que haya un aumento productivo.
—¿Cómo se resuelve eso?
—La tercera balanza es una forma lógica de pagar el ganado. Hasta esa etapa del proceso de la faena el factor humano no incide en el rendimiento del animal que se va a pagar. Todos, menos la industria frigorífica, querían pagar en tercera balanza. Si se oponen quiere decir que entre la tercera y la cuarta balanza debe haber algo que los beneficia. Y eso crea una desconfianza.
En su momento, el ministro de Ganadería (Tabaré Aguerre) se opuso a eso y publicaron los rendimientos por plantas para que el productor los analizara y tomara decisiones. Eso era una utopía, que no iba a servir y que no sirvió, y hoy estamos nuevamente con este tema.
Ahora en la junta directiva del Inac se decidió poner un tope al dressing. Lamentablemente, si bien esto es un aporte, no es el objetivo que necesita el productor para ganar confianza. Es algo, pero no es lo que debería hacerse, que es pagar en tercera balanza. La necesidad del momento de los productores requiere de esa medida.
Lo raro es que haya una oposición acérrima del ministro de Ganadería a eso. Él entiende que es volver hacia atrás, en lugar de pagar el ganado en cuarta balanza o más adelante en el proceso de faena.
—¿Qué otros temas del agro ameritan una discusión entre los actores del sector?
—No es lo mismo el sector forestal, que está en crecimiento y con posibilidades, que la lechería, que tiene una situación crítica y no ha tenido soluciones acordes por parte del Estado. La agricultura está pasando un mal momento por la baja de precios y los costos. Y la ganadería siempre ha sido un negocio pobre y menos rentable en comparación con otros.
El problema está en los costos, el precio del combustible, la falta de infraestructura, los impuestos a la propiedad y no a la renta, y otros. Los problemas del agro están mucho más adentro que afuera del país.
La Cancillería busca acuerdos comerciales fuera del Mercosur y otras alternativas. El 4 de octubre el gobierno uruguayo tiene previsto firmar un acuerdo con Chile y planea otros con Colombia y Perú. Eso muestra que habría algún avance, aunque no como el que precisamos.
Las gremiales rurales tienen que apoyar al canciller para que se aceleren los procesos de integración, a pesar de que siempre va a haber una barra que estará en contra.
El presidente (Tabaré Vázquez) tiene buenas intenciones, que desde el principio se las trasladó al canciller. Evidentemente, este presidente, que mandaba en su primer período y que uno podía pensar que mantendría esa actitud, en este gobierno está muy condicionado a la mayoría parlamentaria. Sigo viendo las buenas intenciones de la Cancillería pero hay que avanzar y en ese aspecto vamos muy lento. Eso se debe a que el MPP (Movimiento de Participación Popular) y el Partido Comunista condicionan mucho, al igual que los sindicatos, que condicionan el rumbo hacia el que tendríamos que ir.
Uruguay tiene credibilidad, tiene mercados, calidad de productos y trazabilidad, la que debería ser un plus. Hoy estoy a favor de la trazabilidad, aunque algunos, como el ministro de Ganadería, crean que estoy en contra. Lo que uno cuestiona es que los productores no ven los beneficios de eso en el retorno económico y ellos son los que pagan el costo de ese sistema de identificación del ganado.
Hoy lo que me cuestiono es la obligatoriedad de la trazabilidad, siendo Uruguay el único país del mundo que tiene esa condición.
El Estado es grande e ineficiente. Para embarcar ganado hay que hacer despachos de tropa, sangrados, intervención de veterinarios, que generan un costo y una complejidad que hacen ineficiente la producción. Es una absoluta burocracia, mal entendida.
Todos los factores internos de costos desmotivan y a pesar de los últimos gobiernos, Uruguay sigue siendo un país atractivo para producir. Aunque en los últimos años se hicieron muy mal las cosas, la estructura económica no cambió y entonces sigue siendo un país creíble.
—Siendo el ministro de Ganadería un productor agropecuario y ex gremialista rural cabría esperar que el agro fuera apoyado por el gobierno. Sin embargo, algunos productores cuestionan la falta de respuestas por parte del Poder Ejecutivo.
—El ministro es un productor y conocedor del agro, lo que es un punto a favor.
En algunos momentos, cuando se tomaron medidas, como el ICIR (Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales), él estaba en contra. Evidentemente, los temas políticos obligan a hacer cosas con las que uno no está de acuerdo. Para ser justo, también intendentes de otros partidos políticos en su momento apoyaron el ICIR y el aumento de la Contribución Inmobiliaria Rural.
El ministro siguió condicionado políticamente, hizo lo que pudo y hoy hay cosas en las cuales debería tener más oído y tratar de contemplar más a los productores.
—¿Cree que en ese momento Aguerre debió dar un paso al costado por esos temas?
—Eso es algo muy personal, uno lo tiene que medir de acuerdo con qué es lo que va a postergar y cuánto de lo que es su creencia posterga por el bien de otras cosas.
De lo que no tengo ninguna duda, es que cualquier ministro del sector político que estuvo en Ganadería desde (José) Mujica hasta (Ernesto) Agazzi, iba a ser muy perjudicial por la falta de conocimiento y de contacto que tenían del sector. Esa es la gran ventaja y beneficio de Aguerre.
El condicionamiento político deja al descubierto decisiones que se pudieron tomar.
Hay otras cosas que posiblemente sean personales. Y todos tenemos nuestro ego y nuestra forma de ver las cosas y a veces somos un poco cabezaduras en mantener nuestra posición y no ser receptivos a posiciones de otros.
Tendría que tener más oído para los productores. Está en un gobierno y depende de una fuerza política, pero al ser productor tiene la obligación de ser más receptivo a los problemas del sector.
—¿Qué opina de la instalación de una tercera planta de celulosa en Uruguay?
—Lo veo como algo muy positivo, pero hay muchas dificultades de infraestructura, que no la hicieron ni estos recientes gobiernos ni los anteriores para los productores uruguayos y ahora la van a hacer por una condición que plantea esta inversión extranjera.
—¿La realidad económica hizo dejar de lado algunos ideales políticos de los gobiernos del Frente Amplio?
—Sin ninguna duda, todo lo que el Frente Amplio cuestionaba fue lo que terminó haciendo. La extranjerización de la tierra, de la industria y las inversiones como estas plantas de celulosa. Por suerte fue así, y las lineas económicas que venían de anteriores gobiernos no se han modificado sustancialmente y se han convencido de que la inversión tiene que ser extranjera, porque la de capitales uruguayos es poca.
Habrá un sector que estará en contra, que apoya a Venezuela, a Cuba, a la Rusia comunista y que todavía habla de comunismo. Es una cosa increíble que no puedan ver lo que ha pasado con eso en el mundo.
—¿El mercado de campos ya está dando alguna señal por el anuncio de esa inversión?
—En el mercado de campos no creo que haya un fenómeno como ocurrió en otros años.
El precio de la tierra bajó sustancialmente en los últimos años. Hay interesados en la compra de campos pero a valores que están en un 30% o más por debajo de los picos de hace un tiempo.
El mayor interés está en los campos mixtos con el propósito de hacer agricultura y ganadería. También hay interesados en campos para forestar. Pero la planta de celulosa se instalará porque las empresas ya tienen proyectada la tierra forestada.
No habrá cambios sustanciales en precios, como ocurrió en otros años. Tras la aprobación de la ley forestal, en los noventa el precio de los campos en Rivera pasó de U$S 300 a U$S 1.000 la hectárea, mientras que en el centro del país valían U$S 300.
Hoy un campo forestal admite un valor de U$S 3.000 la hectárea y no mucho más.
—¿El productor ganadero está perdiendo dinero?
—No está perdiendo, en la medida en que calcule bien los costos y la productividad y trabaje mucho. El criador que busca suplementación y aumenta la preñez no pierde plata. Distinto es el caso de la lechería, que sí está perdiendo plata.
Hay algunos productores ganaderos que pierden plata, como ocurre en otros sectores. La rentabilidad ganadera es baja: de 2% a 3%.
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