El FMI y los analistas internacionales le dieron la derecha al Gobierno del Presidente Macri, es buen negocio prestarle a la Argentina porque tiene un potencial que resurgirá luego de la sequía y que no es precisamente industrial.

Los precios internacionales de la Soja y el Maíz comienzan a ajustar la tendencia que tenían hasta antes de la sequía Argentina, bajando los precios, además de la coyuntura de las medidas Chinas contra Donald Trump.

La política de apertura de mercados internacionales para diferentes productos argentinos dará la posibilidad de tener una salida a la producción primaria, con una economía regida por el mercado la tendencia es a la concentración de los sectores, el aumento de la escala y la integración vertical, pequeños y medianos productores van a tener severas dificultades para continuar produciendo.

Nuevos Ministros de Energía y de Producción, esperemos que tengan oídos abiertos para escuchar y que se defina el aumento del uso de los biocombustibles, además permitan que el productor primario pueda no sólo utilizar el combustible que produce sino también ser comercializador, cosa que hasta ahora la Secretaría de Energía y los Directorios de las Empresas Petroleras han impedido muy eficazmente.

Un país abierto a la ley de oferta y demanda, sin ninguna ley que permita tener contramedidas cuando el mercado pone urgencias que terminan siendo asumidas por los asalariados y los sectores de menores recursos, lleva a la dependencia de los organismos internacionales, de sus calificaciones, liquidando por adelantado la futura producción argentina.

Los países desarrollados no se exponen a los mercados como lo hace la política económica argentina, ellos aprendieron que la ley de oferta y demanda no es la mejor política para el bien estar de la gente, pudiendo generar políticas de crecimiento basados en consumo interno más exportación, el mundo cada vez pone más trabas para el intercambio comercial.

Las entidades del campo deben estar alertas, este resultado positivo para contener al dólar dará un respiro a las intenciones de volver a aplicar retenciones a los granos, pero los números reales no han cambiado en esencia.

El escenario presente lleva a que los productores argentinos aprendan que si producen más reciben menos, hay que pensar muy bien que producir, como producirlo, cuanto será la inversión y el riesgo a afrontar, las sobreofertas traen magros precios y perdidas importantes.

El asociativismo, la integración y el agregado de valor en origen ya no son una opción sino una necesidad para que los productores argentinos puedan sostener la actividad a mediano plazo.

Los productores y los dirigentes deben aprender, así lo hicieron los consignatarios del mercado de liniers, que no deben esperar nada de los gobiernos de turno, el sector atomizado con alta productividad es una fuente de ingresos para el estado muy atractiva y la mejor política es no tener política para el sector.

Los productores argentinos han sostenido a la Argentina para su desarrollo en los últimos 40 años, llego la hora de consolidar la competitividad del sector y la fortaleza para poder discutir con este gobierno y los futuros los cambios necesarios para seguir adelante.

Ing. Andres Costamagna – GANADOS Y CARNES.COM