Informe Mercado Lanero Nª 250 – Zambrano
3 de abril de 2017Dr. Armando Nari y el control generacional de garrapatas
3 de abril de 2017Es presidente de la Asociación Cutivadores de Arroz (ACA), asumiendo el cargo este mes, tras la renuncia de Ernesto Stirling. Es arrocero de alma y proviene de una familia muy vinculada al cereal. Más allá de la negativa del Poder Ejecutivo, la ACA no abandona la idea de trabajar para lograr la importación de combustible, buscando bajar los costos internos, ya que el sector gasta alrededor de US$ 300 por hectárea en gasoil y es uno de los rubros en los que tiene mayor incidencia el combustible, dijo en entrevista con El País. La gremial denuncia la pérdida de competitividad como consecuencia de la suba de costos y reclama el tratamiento igualitario para las inversiones locales.
Pablo Antúnez
-¿Cuál es la actual situación del sector?
-Es muy compleja y comprometida, porque la ecuación económica es negativa o en el mejor de los casos de equilibrio. Ese equilibrio lo logran productores que puedan tener ciertos recursos, como ser propietarios de la tierra, pero en el arroz el 70% del sector es arrendatario.
La cuenta general es de US$ 1.800 en promedio por hectárea (costos), si se divide por el precio de la bolsa de arroz que son US$ 10, se precisan producir 180 bolsas por hectáreas que hoy no es el promedio nacional. Estamos generando una acumulación de pérdidas a lo largo de 3 años.
-¿El dinero del Fondo Arrocero ya se gastó?
-Le generó al productor un poco de liquidez para tapar los agujeros de zafras anteriores, pero ese dinero ya se consumió y la zafra 2017 que se está levantando está dentro del mismo marco. La diferencia es que tenemos una zafra por comercializar (el dinero del Fondo Arrocero es aportado por el sector y lo paga con sus exportaciones).
-¿Cuál es la diferencia entre la actual crisis del sector y las anteriores?
-A diferencia de lo que fueron otras crisis, como la de 2000 o 2001, uno veía que estaba con un precio muy bajo de arroz pero se notaba que algo iba a pasar en el mundo que cambiaría esa relación de precios. A su vez, teníamos costos hasta 2001 más o menos altos para el momento, pero era obvio que se daría una variación cambiaria que se demoró pero la hubo. En 2003 se corrigió la tasa de cambio y eso hizo que el sector volviera a crecer. Hoy vemos que la situación no vislumbra en el exterior una solución. Por eso, hay que buscar la salida a través del marco energético del Uruguay trabajando con el Ejecutivo. La salida pasa por mejorar la competitividad y bajar los costos internos del país, no hay duda.
-Cómo destaca, dentro de los costos productivos e industriales la energía eléctrica es la que pega más fuerte. ¿Por qué pesa tanto en el arroz?
-Si en Uruguay la energía tuviera un menor precio en el costo industrial, el productor uruguayo podría recibir mejor remuneración a igual nivel de colocación en el exterior. El costo industrial del Uruguay es muy alto. El arroz en Uruguay se riega 50% por represas y 50% por bombeo y la base es la energía eléctrica. Si tuviéramos una baja en el precio de la energía, los productores tendríamos menores costos de riego y por otro lado, somos el sector que más consumos gasoil por hectárea. Hay que trabajar rápido y con impacto importante en la baja de tarifas.
-¿No abandonan la idea de importar combustible por más que el Ejecutivo no lo crea un camino viable?
-El marco legal hoy lo prohibe. Estamos lanzando la idea a discusión pública, fuimos al Parlamento y se lo estamos planteando a distintos actores del Ejecutivo. Ancap corrigió sus números pero está lejos de que tenga capacidad de bajar el gasoil, sigue haciendo caja porque tiene que tapar agujeros. El gobierno, alguna alternativa va a tener que buscar y dice que ya trabaja para ver cómo se mejora la competitividad, pero en particular buscando cómo impacta esa mejora en el precio del gasoil. Ese impacto debe ser de magnitud. Los combustibles son el 35% en la estructura de costos.
Trabajar con un gasoil barato tiene un efecto multiplicador tremendo.
-¿Por qué entienden que si se importa combustible Ancap no tiene por qué desaparecer?
-Si no es eficiente, si no mejora su eficiencia, no le va a vender a nadie. Antel cuando se abrió el sistema comunicaciones no perdió mercado, compitió y no le fue mal con las privadas. Lo mismo sucedió con el Banco de Seguros del Estado frente a las aseguradoras que también ofrecen el servicio. En algún momento, Uruguay se tiene que dar esta discusión, nosotros la tiramos arriba de la mesa.
Dentro del mismo marco del monopolio, de pronto, hay capacidad para corregir cierta ineficiencia, como nos han dicho algunos integrantes del Ejecutivo.
-¿Pero la solución va a demorar un poco?
-Esas correcciones deben venir rápido porque los tiempos políticos no son los mismos que los que precisa la actividad productiva. Ojalá se den procesos con pasos más grandes. Esa es la expectativa que tenemos hoy, pero liberar la importación de combustible sería la solución definitiva para el problema.
-¿Además de los contactos con el Ejecutivo también conversaron con los otros sellos?
-Fuimos a hablar con los otros sellos como Petrobras (Brasil) y Axion (Argentina). La idea era ver si había gente interesada en hacer el negocio de importar combustible y hay espacio para trabajar en ese sentido. Seguramente aparezcan otros operadores. La meta es tirar el tema y ver qué posibilidad hay de concretarlo. Cada vez que hay un aumento de tarifas lo único que hacemos es reclamar, pero tratemos de proponer algo diferente que pueda corregir esta situación. Creo que hay mucho más conciencia en la población hoy de que es muy difícil mantener un precio de combustible tan diferente de la región y con el mundo. De la consulta pública para mantener el monopolio de Ancap a hoy ha pasado mucho tiempo y hay grandes cambios.
-El arroz es una de las producciones que más gasoil consume por hectárea ¿cuáles son los números en ese sentido?
-El sector consume 160 litros por hectárea a $1,50 por litro estamos hablando de casi US$ 300 por hectárea de combustible. Si analizamos dentro de eso lo que es la paridad de importación, estamos hablando de $ 14 o más de diferencia y si encima se le agregan los $ 3 por litro de subsidio -sólo el arroz aporta alrededor de US$ 500 millones anuales- para el boleto, estamos hablando de arriba de $ 20 por litro. Con un precio de gasoil de ese tipo, también bajarían los costos. Si logramos bajar precio de combustibles, tarifa eléctrica y mejora del precio del dólar estaríamos llegando a esos $ 300 que hoy el productor tiene en rojo.
-¿Y la regulación del dólar cómo incide?
-El gobierno se preocupa por la inflación y está bien que lo haga, a ningún país le sirve una inflación alta. Los economistas afirman que para contener la inflación en 2016 se contuvo el precio del dólar, todos decían que estaría a un valor más alto hoy.
Se están hipotecando sectores productivos, sectores exportadores, que en el largo plazo es mucho peor que buscar otra forma de corregir la situación y dejar que el precio dólar suba libremente.
Son 70 años de ACA llevando trabajo y progreso al campo
El flamante titular de la Asociación Cultivadores de Arroz, Alfredo Lago, afirmó que “si se
baja el costo industrial y eso tiene que ver con mejorar tarifas -tarifa logística, costo portuario, fletes, etc.- el productor podría recibir mejor precio”.
Hoy se dan contradicciones que sorprenden y Lago puso un ejemplo caro. “Hoy Uruguay produce un arroz de mejor calidad que el brasileño pero somos muy similares a los productores de arroz de Rio Grande en muchas cosas. El que está en Melo va al supermercado de Aceguá y compra el arroz más barato que en Uruguay, pero resulta que al productor de Brasil le pagaron 40% más el producto”, afirmó. Es que “mientras en Uruguay el productor cobra US$ 10 por bolsa de 50 kilos cáscara, en Brasil el productor cobra US$ 14 por bolsa cáscara (en estos últimos días ese valor bajó). El costo industrial en Brasil es más bajo, por eso compite mejor y eso no quiere decir que en Uruguay la industria sea ineficiente, el problema son los costos”, aseguró Lago.
La zafra. La cosecha que se está levantando pinta bien, más allá del problema que se generó con el transporte de carga, hoy solucionado. La Asociación Cultivadores de Arroz aún no cerró los números de la zafra, pero más allá de los ajustes, se estima que se plantaron entre 168.000 y 170.000 hectáreas con el cereal este año. Cabe recordar que el arroz requiere una cierta topografía de terreno, porque es el único cultivo agrícola que cuenta con irrigación y no se puede plantar en cualquier lado, por eso existen dos cuencas bien definidas. La cuenca norte, está compuesta por Artigas, Salto, Paysandú, parte de Tacuarembó y Rivera, mientras que la cuenca este -la cuenca tradicional del cereal- la integran Cerro Largo, Treinta y Tres, Lavalleja y Rocha. El arroz genera trabajo y divisas en 13 departamentos.
Más allá del área plantada en esta zafra, Uruguay supo cultivar más de 200.000 hectáreas con arroz hace algunas décadas, por lo que existe mucha capacidad para crecer, siempre y cuando estén dadas las condicionies para invertir más.
La ACA estima un rendimiento promedio de 8.300 kilos por hectárea y quizás se pueda llegar a 8.500 kilos, un nivel considerado muy bueno y ayudado por el clima que se portó óptimo con el cultivo.
Aniversario. La ACA está cumpliendo 70 años de vida, pero como actividad productiva los primeros plantíos registrados datan del año 1919; el cereal tiene casi 100 años.
“Las primeras exportaciones de arroz tuvieron lugar en la década del 30. Fue ya en el año 1947 cuando los productores, vislumbraron los beneficios de la unidad, y gestaron esta herramienta que es la ACA, aunando esfuerzos, canalizando inquietudes y desarrollar de manera conjunta esto que nos convoca y que da sentido a nuestras vidas… el cultivo de arroz”, afirmó esta semana el presidente de la gremial, en el marco de la inauguración de la zafra en Cebollatí (Rocha). “Fueron 7 décadas de arduo trabajo… acompañando los vaivenes políticos, económicos y sociales que ha vivido nuestro país, y siempre con el mismo objetivo: representar legítimamente al productor”, dijo Lago.
Genera 8.000 empleos directos en el interior
Uruguay es el sexto productor mundial de arroz y apunta, en un futuro muy próximo, a certificar sus producciones, destacando los atributos del cereal que hoy son valorados por los consumidores. El cuidado del medio ambiente, la medición constante de los niveles de agroquímicos en el grano -hechas por organismos independientes y con estricta base científica- y la calidad de la producción, son pilares básicos del arroz uruguayo que se vuelca al mundo, donde además se hace un uso eficiente del agua.
El sector arrocero conforma una verdadera cadena productiva, porque el precio del grano se fija en consenso entre productores y molinos arroceros. Pero además de estas particularidades que lo hacen prácticamente único, este cereal es un fuerte generador de empleo. Son casi 600 productores dedicados al arroz y en la cadena se generan 8.000 empleos directos entre producción e industrialización, más una cantidad de empleos indirectos: algunos estudios realizados por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) marcan que por cada empleo directo en el arroz se generan entre dos y tres indirectos. Lo otro curioso es que, sin importar si el productor gana o pierde plata en cada zafra, el arroz deja US$ 60 per capita a cada uruguayo entre producción, procesamiento y exportación. Son unos US$ 180 millones anuales genuinos que quedan en Uruguay y eso es lo que los productores buscan transmitirle al Estado.
El País.