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28 de julio de 2017La fuerte espiral alcista en los precios del gordo en el invierno y la estabilidad de la cotización del ternero ha corregido a la baja la relación flaco/gordo, o relación de reposición, en los últimos meses, a pesar de lo que se mantiene en niveles históricamente altos, casi tanto como los del invierno pasado y muy por encima de los años anteriores.
Lo benévolo del clima y la fluidez de la exportación en pie sostienen los precios de la reposición. Estacionalmente, la relación en estos momentos es la más baja del año y, a pesar de eso, el kilo de ternero se mantiene más de 20% por encima del gordo, de acuerdo con los precios manejados semanalmente por la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG).
En la medida que en las próximas semanas comience a contraerse el precio del gordo —es un hecho que así sucederá— la relación de reposición volverá a crecer. Hay que ver cómo juega el clima en la próxima primavera, pero en condiciones normales, con seguridad se dé cierta mejora en los precios del ternero, a la vez que caerá el del gordo. Por lo tanto, es más que factible que se vuelva a superar una relación de 1,30 y ubicarse en un eje de 1,35. Buenas noticias para el complejo ganadero en su conjunto —más allá de que los invernadores se vean obligados a ajustar sus números— porque es una señal indispensable para que la máquina productora se sostenga.
Mirando algo más hacia adelante, es factible que en el otoño próximo, cuando se esté en plena zafra de terneros, la relación de reposición se ubique un escalón por debajo de estos dos últimos años. Los datos de preñez dados a conocer por el INIA en Treinta y Tres son buenos, lo que hace prever una parición importante. Con un rodeo de cría que se sostiene por encima de los 4,2 millones de vacas y un crecimiento del porcentaje de parición, se podría estar alcanzando un nuevo récord en la cantidad de terneros producidos, acercándose a los 2,9 millones. Incluso por encima del resonado año 2014, cuando la expectativa de los 3 millones se vio frustrada y alcanzó a 2,84 millones.
Si hay más, es probable que valgan menos. Dependerá también, obvio es decirlo, de la demanda de la exportación en pie —por el momento nada hace pensar que se pinche— y de las condiciones climáticas. Desde este último punto de vista, parece difícil imaginar una sucesión de primavera-verano-otoño tan favorable para la producción ganadera como la del año pasado, pero tampoco es algo que se pueda descartar.
Por lo tanto, con mucho camino todavía por recorrer, parece factible pensar en una relación de reposición en el próximo otoño un pequeño escalón por debajo de los 1,35-1,40 de los dos últimos años. Pero eso no se infiere de la actual relación más baja —algo lógico en pleno invierno— sino de las perspectivas de oferta para el año próximo.