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16 de junio de 2017“Realizamos cambios diarios por el impacto que tiene sobre la perfomance animal, con ganancias de peso superiores a 1 kg diario promedio invierno – primavera en praderas artificiales”, comentó Andrés Capurro sobre su sistema de pastoreo, que ha desarrollado y profundizado desde 2009. “Iniciamos con franja y piola y en base a los resultados de las mediciones que fuimos haciendo decidimos extenderlo”, explicó Capurro. Su sistema tiene singularidades, una de ellas es que el mismo Capurro lo define como un “sistema rotacional racional” en el que intervienen algunos insumos; otro aspecto particular es que ha desarrollado su propio sistema de alambrado eléctrico, de un solo hilo a 80 centímetros de altura y que puede bajarse para usarlo con categorías menores (Sistema Pie Grande https://www.youtube.com/watch?v=en9s3aAKSmM&feature=youtube_gdata).
En 488 hectáreas (aproximadamente 63% del área total) dispone de 340 parcelas. Según comentó, el costo de la infraestructura en agua la ha significado unos 180 dólares por hectárea, con parcelas de 1,5 a 2 hectáreas y con bebedero fijo cada cuatro parcelas. La principal razón de trabajar con bebederos fijos es un menor requerimiento de trabajo diario comparado con los bebederos móviles.
Unos nueve lotes de ganado se van rotando secuencialmente por las parcelas mediante cambios diarios,(en un área fija para cada lote de aproximadamente 32 parcelas) a los que se dedica en el eje de dos horas por día para esta tarea de cambio de parcela y en ese mismo momento se observa el estado de los animales. La mayor parte del predio es campo natural al que se ha introducido especies como Lotus Rincón y Raigrás con fertilización superando los 500 kg de carne por hectárea. Capurro también cuenta con un área en praderas, (en otro establecimiento) sobre las que desarrollo el mismo sistema: “por ejemplo, en junio 2016 sembramos una pradera de Achicoria, Trébol rojo, blanco y tenuis, sobre un rastrojo de soja de 8 años. En octubre se comenzó a pastorear con novillos de 380 kg a razón de 2,5 novillos por hectárea. Entre enero y marzo se embarcó la totalidad de los novillos con un promedio de 288 Kg. de carcaza, totalizando 371 kg de carne en pie por hectárea, con un precio implícito de US$ 1,5 k.o. totaliza US$ 556 por hectárea. Esto permitió recuperar la inversión realizada en hacer la pradera y el sistema”, detalló.
Realiza lo que denomina una “fertilización estratégica”, difiriendo las aplicaciones entre otoño (abril) e invierno avanzado (agosto). Según explicó, la fertilización de abril es una herramienta para fomentar el desarrollo de las especies invernales, mientras que de agosto se hace para maximizar el aprovechamiento de la primavera temprana. “Invertimos cuarenta y pico de Kg. carne en fertilizante por hectárea, pero esto nos lleva a alcanzar 500 Kg. de carne”, comentó. Capurro alienta a no confundir el mal uso del fertilizante con la herramienta en sí, ya que en su experiencia observa que es posible realizar un seguimiento de la remoción de nutrientes para producción animal en base a estimaciones y tender a un ajuste entre fertilización y extracción de nutrientes. Según el productor, se da un abuso en el manejo del fertilizante cuando se utilizan grandes dosis en momentos que lo tornan ineficiente y contaminante.
“Nos apartamos de la rigidez de los sistemas cuyo objetivo principal es maximizar el aprovechamiento del pasto, para tratar de generar un sistema que contemple al animal y a el hombre que tiene que hacerlo funcionar. Nuestro objetivo es mejorar la rentabilidad, bienestar animal, cuidado del medio ambiente bienestar del trabajador rural, cuidado del suelo aunque eso pueda significar sacrificar algo de la productividad”, concluyó.
Tardáguila Agromercados.