Los precios subieron un 3% en la última semana, la quinta consecutiva con esta tendencia. Mientras algunos piensan que esto se debe a la estacionalidad del mercado, otros lo atribuyen al control impositivo-sanitario que comenzará el 1° de marzo.

La semana terminada el 17 de febrero fue la quinta consecutiva con precios nominales en alza para los novillos comercializados en el Mercado de Liniers. Por su parte, novillitos, terneros gordos y vacas observaron un pequeño traspié después de otras tantas semanas de recuperación.

Este fenómeno se registró a pesar de que la oferta superó en 21% al promedio de 52 semanas. Hay que retroceder hasta mediados de diciembre o a la primera mitad de noviembre para encontrar semejantes volúmenes de ingresos. Además, en esos momentos la mayor afluencia provocaba caída de precios, a diferencia de lo que se vio ahora.

Pese a esta seguidilla de subas, los valores aún no volvieron a los máximos del año pasado. Las cotizaciones de novillos y novillitos se ubican 6% por debajo del pico de fin de junio; la de los terneros gordos es un 5% menor comparada con la misma fecha; y la de las vacas es 10% más baja que el tope de mediados de septiembre. Claro que a esos números hay que agregarle 13% de inflación en los últimos ocho meses para hacer comparaciones sin la deformación del crecimiento general de precios.

El cotejo de los valores actuales con los registrados hace 30, 60 y 90 días muestra en todos los casos porcentajes positivos, llegando a los dos dígitos para novillos en un mes y para vacas en 1 y 2 meses.

Ajustados por inflación

El precio real (deflacionado) del novillo de la última semana resultó 7% menor al promedio de 52 semanas y 13% más bajo que el de hace un año.

Desde fines de septiembre, justo antes de su gran caída, se redujo en poco más de 6 pesos de valor adquisitivo de hoy (21%) hasta mediados de enero. En las últimas cinco semanas recuperó la mitad de esa pérdida.

El porqué de la suba

En las últimas semanas, desde Valor Carne veníamos anunciando la posibilidad de que se produjera una recuperación de precios hacia esta época del año a causa de la habitual estacionalidad del novillo hacia la salida del verano.

Ésta puede ser una buena explicación a lo que viene sucediendo, ya que no tiene mayor justificación ni por el volumen de la oferta en Liniers, ni por la faena total, ni por cambios en la capacidad adquisitiva del mercado interno.

Sin embargo, cabe señalar que algunos operadores piensan que no se trata cabalmente de una recuperación de precios sino de movimientos parciales que buscan ir alineando los valores registrados con los de mercado, ante el operativo de control impositivo-sanitario de gran escala que comenzará el 1° de marzo.

Como se ve, siempre tenemos más de una teoría para cada fenómeno.

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