CRILU reparte reproductores ultrafinos el jueves
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13 de diciembre de 2016“Cada potrero de nuestro sistema sobre pasturas naturales tiene diez ocupaciones en el año de tres días cada una, por lo que completamos 30 días de ocupación y 335 días de descanso a lo largo del año”, dijo Juan Roberto Dutra durante la jornada de campo en su predio de Cuchilla Laure.les (Tacuarembó) el pasado jueves. Según el productor, este manejo es una de las claves para descompactar el suelo y se refirió a una combinación de factores: el módulo visitado en esta oportunidad se maneja con tres lotes de animales, dos de ganado de recría y uno de caballos para hacer el repaso final.
Con esto se logra que sea utilizada de manera uniforme y no se acumulen restos secos, además de que con el propio trajín de los animales se comienzan a incorporar rápidamente las bostas al suelo. Según explica, la acumulación de descansos promueve el desarrollo de sistemas radiculares potentes, que han ido aflojando el suelo y favoreciendo la actividad biológica en su interior. “Las altas concentraciones de ganado en ocupaciones cortas generan una muy buena distribución de los bosteos y por consiguiente de la fertilidad; los manejos de la pastura, sumado a que no usamos Ivermectinas, hace que no se vean bostas viejas, o sea que logramos que el campo se encuentre aireado promoviendo la vida en el suelo”, expresó el productor de Cuchilla Laureles.
La jornada del jueves pasado significó el cierre de la fase de campo del Proyecto “Más Tecnologías”, de investigación participativa: “Valoración social y productiva del pastoreo racional Voisin”, que se desarrolla en Tacuarembó con la participación de la Alianza del Pastizal, la Asociación Uruguaya de Ganaderos del Pastizal, el Instituto Plan Agropecuario, la Asociación Civil Sexta Sección, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y, más recientemente, del Centro Universitario de Tacuarembó, la Universidad de Buenos Aires y la Facultad de Agronomía de la UdelaR . “Más Tecnologías para la Producción Familiar” es impulsado por la Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP y cuenta con apoyo del Programa de Producción Familiar de INIA.
Según Gustavo Garibotto, coordinador del proyecto, existe todo un degradé de posibilidades de manejo dependiendo de los intereses y posibilidades de gestión de los productores, por lo que se pueden alentar buenos resultados desde niveles bastante menores de empotreramiento. En este sentido, se refirió a otro de los proyectos del programa “Más Tecnologías”, que incluye una red de predios que manejan módulos de pastoreo sobre campo natural en base a esquemas de ocho a diez subdivisiones (por módulo).
Pero el caso de Dutra y su familia es diferente; en un predio de poco más de 700 hectáreas cuenta con más de la mitad del área sistematizada con diferentes grados de empotreramiento. Según este productor ampliamente especializado, en su predio de índice CONEAT 44 presenta desde pastoreo continuo donde alcanza menos de 50 kg de carne por hectárea, pasando a áreas de rotativo con menor nivel de gestión donde produce 100- 120 kg carne/ha, hasta llegar al módulo de 60 hectáreas donde en los últimos dos años produjo 200 – 240 kg carne /ha. “Lo importante es hacer lo que a uno lo hace feliz, que cada quien conozca estos sistemas y pueda decidir cómo adaptarlos a su situación y estilo de vida”, explicó. Para Dutra no hay recetas, sino determinados principios, que están disponibles para ser entendidos desde la naturaleza y que las personas pueden verse motivados a conocerlos y aplicarlos.
Para el módulo de mayor nivel de gestión, Dutra decidió que cada parcela disponga de agua y esto se logra compartiendo un bebedero cada cuatro áreas vecinas. Si bien Dutra reconoce que el principal efecto de manejo es el descanso de la pastura, la posibilidad de contar con agua en la parcela le da la posibilidad de manejar más de un lote dentro del mismo módulo (de 50 animales cada uno), aspecto del que saca todo el provecho posible. El primer lote hace un despunte de 24 horas y come el primer tercio de la pastura, logrando ganancias de aproximadamente 700 gramos por día. El segundo lote, come las siguientes 24 horas en un potrero que ya ha sido despuntado y bosteado, ganando 300 g/día aproximadamente. El tercer lote está formado por caballos que hacen un repaso y no son considerados en la ganancia de carne del sistema, puesto que son utilizados como herramienta de manejo y no como productores de carne. En esta época del año cada potrero descansa entorno a 30 días y vuelve a ser pastoreado cuando las gramíneas en crecimiento han desarrollado unas cuatro hojas y se encuentran en un buen estado de palatabilidad para el ganado, evitando que las hojas se endurezcan.
Un aspecto importante para la conservación y mejora de estos campos es que bajo este manejo su semillazón queda “garantizada”, no porque se realice como una práctica coordinada específicamente sino porque el propio descanso de las rotaciones permite que se cumpla con esta etapa de la pastura de una u otra forma.
Otro aspecto sumamente interesante es que este productor desarrolla la capacidad de producir más de 200 kg de carne utilizando categorías de recría (razas Aberdeen y Red Angus, Brangus y cruza), en campos arenosos y quebrados en los que tradicionalmente se obtiene poco más de 50 kg carne /ha en base a cría. Para Dutra es llamativa la mejora de los campos en invierno, lo que ha permitido que el lote de recría que realiza el repaso haya ganado 180 gramos por día en el invierno de 2015 y mantenido peso en invierno de 2016. Según el productor esto se explicaría por una mejora del estado de las plantas tanto invernales como estivales, crecimiento más erecto, mayor proporción de especies de valor forrajero y buenos niveles de proteína. “Es indispensable conocer la opinión de la vaca”, dice Dutra en tono de broma, aunque se está refiriendo seriamente al hecho de que el ganado tiene preferencia por la enorme variedad que le representan las pasturas naturales, sobre todo cuando se encuentran descansadas.
Incluso Dutra no pierde oportunidad para deslizar un comentario referido al bienestar animal que tanto se menciona por estos días, pero llevando el concepto hasta la base de la producción: “trabajamos de esta forma porque desde nuestro punto de vista el primer derecho de la vaca sería poder llenarse todos los días, es ahí donde debería comenzar el bienestar animal”, subrayó.
“Lo que logramos trabajando de esta forma es tener cantidad de pasto, pero también calidad y luego una muy buena utilización”, detalló. Con el reciente apoyo del Centro Universitario de Tacuarembó, la Universidad de Buenos Aires y la Facultad de Agronomía de la UdelaR se ha podido avanzar en el estudio de crecimiento de la pastura mediante información satelital así como en la identificación de especies, encontrando resultados preliminares muy promisorios. Los integrantes del proyecto esperan que estos aspectos puedan profundizarse a partir de una segunda etapa de “Más Tecnologías”, para lo cual su nuevo proyecto se encuentra en las fases finales de evaluación.
Para Garibotto, la investigación participativa es una herramienta válida para estudiar este tipo de sistemas porque se logra sintonizar todo el trabajo a partir de las demandas y motivaciones del propio productor.
En el mismo sentido de lograr la participación directa de productores pero con un alcance más amplio, el proyecto incluyó la creación del sitio web de la Red Uruguaya de Pastoreo Racional, que pretende compartir experiencias de primera mano entre quienes están llevando adelante esta actividad o desean iniciarse en la misma. La página está armada por productores y técnicos y busca responder las preguntas que se hacen aquellos que están trabajando o quieren trabajar en esta temática, siendo de acceso libre y gratuito ( http://reduruguayapastoreo.wix.com/inicio)
“Ahora me queda más tiempo para estar con mi familia, horas que antes me pasaba recorriendo el campo mientras buscaba el ganado en esta zona complicada por las quebradas, el monte y los arbustos; de esta forma siento que estoy manejando el ganado realmente, tengo tiempo para observar cómo responde a los manejos y aprendo todo el tiempo de nuestra propia experiencia”, culminó.
En definitiva, opciones para manejar de una forma innovadora el campo natural existen o se pueden generar libre y creativamente; en este caso, conciliando producción y conservación de acuerdo a las características de la zona, excluyendo el uso del fuego, separando ambientes para evitar presionar sobre el monte natural, contribuyendo a un campo natural más productivo y diverso, generando una relación muy comprometida entre la familia y su entorno. No existen recetas, sino múltiples alternativas para que cada quien canalice sus intereses y posibilidades. Recordemos siempre, el campo natural es nuestro principal patrimonio natural y productivo; un ecosistema capaz de alentar mejoras muy significativas en sus niveles de producción y al mismo tiempo en la preservación de sus componentes naturales; el tema merece especial atención.
Tardáguila Agromercados.