Productores tienen expectativa de nuevas valorizaciones de las haciendas
17 de noviembre de 2016A nivel local firme demanda por lanas Ideal
17 de noviembre de 2016El año 2016 no es uno más. Probablemente, cuando en el futuro se analice la historia, sea visto como un punto de inflexión en la gran tendencia hacia la globalización, la tolerancia y la apertura comercial que había dominado el mundo en las dos o tres décadas anteriores.
El Brexit del Reino Unido fue el primer cachetazo y el triunfo de Donald Trump lo confirmó. Son muchos los ciudadanos del mundo desarrollado que no están conformes con cómo viene evolucionando la película y patearon el tablero. Y el año que viene hay elecciones en Alemania, Francia y Holanda, donde los partidos populistas de derecha se refriegan las manos advirtiendo cómo se vienen perfilando las cosas.
Las dos decisiones populares van en el mismo sentido. Son contrarias a la inmigración de poblaciones de países pobres a los desarrollados, con el argumento que con la actual situación se atenta contra el empleo de los ciudadanos del país. Un discurso populista, seguramente equivocado, pero está ganando cada vez más adeptos y ha permitido estos cimbronazos que conmueven los cimientos en los que venía basándose el desarrollo de la humanidad en la era moderna.
Ambas decisiones populares tienden hacia un mundo más cerrado y, por lo tanto, más ineficiente. La victoria de Trump se basó en el hastío que siente la población estadounidense fundamentalmente blanca y de clase media con la situación actual. El excéntrico multimillonario supo capitalizar ese enojo a su favor con promesas tan insólitas como la del muro en la frontera con México. También convenció a los votantes con el discurso fácil de cerrarse ante la invasión de productos chinos y de atacar a las empresas estadounidenses que se instalan en el exterior buscando una mejor rentabilidad de su negocio.
Cuando un país se cierra, indefectiblemente se vuelve más ineficiente, porque el cerrarse, justamente, tiene el objetivo de resguardar a la producción local de la competencia de quienes son más eficientes en el exterior. Un país más ineficiente más tarde o más temprano termina repercutiendo en un mundo más pobre, en especial si se trata de la primera potencia mundial.
Los impactos para el mundo y para América Latina en particular son potencialmente muy negativos. Queda ver si Trump pretende cumplir con todas las promesas electorales o si —como suele suceder— éstas terminan diluyéndose y quedan meramente en un discurso llano y populista con el único objetivo del triunfo. Las primeras palabras del candidato republicano tras confirmarse su triunfo parecerían ir en ese sentido. En base a ello, luego de caídas muy fuertes, los mercados recuperaron el terreno perdido y cerraron con ganancias, aunque no sucedió lo mismo con las monedas de los países latinoamericanos (al menos los dos principales, Brasil y México), que sufrieron fuertes quedas.
El impacto para un país como Uruguay, fundamentalmente exportador de bienes de origen agropecuario, con toda seguridad no sea positivo. Habrá que ver en qué quedan muchos de los avances con la primera potencia mundial. Qué pasará con la expectativa de apertura para la carne ovina con hueso, por ejemplo.
Muchas preguntas e incertidumbres que tendrán su respuesta con el correr de los años.
Tardáguila Agromercados.