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29 de septiembre de 2017Por Juan Dutra
Históricamente descendido a la categoría de improductivo o no deseable, nuestro Campo Natural empieza a elevar su mirada triste de reojos, por aquí o por allá, alguna que otra voz lo nombra, las camionetas que por décadas quedaron estacionadas sobre su lomo para ver las chacras al otro lado de la cerca, invierten su ubicación para contemplar del otro lado del eléctrico a su impresionante resiliencia, capaz de sobrevivir cien años al maltrato sin descanso.
Tan pequeño, que no tiene otra cosa.
Somos el reflejo del manejo que le hemos hecho al Campo Natural, y hasta las grandes fortunas generadas por gente hábil y merecedora de tinte urbano, tienen en su fondo carne, leche o lana. Alguien dijo un día que es indispensable saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos, y cómo hemos vivido de espaldas al Campo Natural, no tenemos idea de hacia dónde podemos ir, ni cuán lejos podremos llegar.
Pues eso empieza a cambiar, ese momento ha llegado
La fuerza motriz viene de abajo, de las organizaciones de productores, de los Grupos Crea, de las Cooperativas y algunas instituciones. Lo único que faltaba era una conciencia general sobre la importancia del Campo Natural, y en éste caso, hijo de la necesidad, el momento ha llegado.
Desde los más diversos medios rurales surge una demanda por nuevas maneras de uso para él, y quizá el punto máximo de esta ansia se haya expresado el día 12 de julio, en INIA Tacuarembó, donde un público no menor a las 300 personas de todas las áreas, atendió al llamado para la jornada sobre “Manejo del campo Natural”.
Allí se vio de todo, rescato lo que pude observar desde mi rincón
1- Jamás en el país se había juntado tanta gente joven en torno a este tema y nunca se había visto una unanimidad tan consensuada sobre que es imperioso trabajar con más pasto. Lo dicen todas las instituciones, grupos de productores, los consignatarios y las vacas. Ni una voz en contra.
2- Una institucionalidad sorprendida por una presión del sector agropecuario en demanda por datos, números y alternativas para el Campo Natural. En los pasillos, el unánime convencimiento que la investigación anda en círculos, pero lejos de entrar en eso, lo que se presentó como innovación en conocimientos no pasará de una repetitiva superposición de esfuerzos si no se sistematiza y aplica. La gente reclama acción. “Ya se estudió bastante”.
3- La sorprendente opinión de los Ingenieros Agrónomos, que en textuales palabras de uno de ellos, al micrófono y siendo atentamente escuchado manifestó que “hemos sido la mayor plaga que ha tenido el Campo Natural”, otro dijo “las cosas que hemos tomado como verdades absolutas sin considerar a la gente rural ha sido y será nuestro mayor error”, y en la mesa final se pudo oír “mientras no incorporemos el factor humano a la investigación, seguiremos fracasando, como hasta ahora…”
4- La comprobación de que la última frase del ítem 3 es verdadera, varios casos de investigación participativa, productores y técnicos buscando soluciones juntos, divulgando juntos. La interacción necesaria para atender al factor humano, el gran hueco de las recetas agronómicas de las décadas pasadas.
Varios productores pasaron por el frente, y les fue tan bien, que el propio Jefe de Pasturas de INIA expresó que estas jornadas “deben darlas los productores”. Vaya cambio!.
5- Preguntas tajantes y sin temores sobre los sistemas de pastoreo, desde un humilde y eficiente rotativo hasta la palabra Voisin, el “cuco” de la agronomía. INIA considera cara la investigación necesaria para cuantificar resultados de los diferentes sistemas. Está dispuesto a estudiarlo en predios comerciales, con la contra de que allí no hay la seguridad de la continuidad imprescindible para tener datos sólidos.
“Habrá que generar la plata, no nos podemos dar el lujo de no estudiar nuestro principal recurso a fondo”.
Allá por las cuatro de la tarde nos tocó pasar al frente, y se armó la mesa redonda que tenía por objeto responder preguntas preestablecidas, pero no fue posible. Bastó conformarme con la primera:
“Que irían pensando de esta jornada por la carretera; qué faltó, qué estuvo?”
Pablo Boggiano, UDELAR: hay suficiente información disponible, falta que la gente se apropie de ella.
Juan Dutra, Productor rural de Tacuarembó: mientras no se brinde educación adecuada a los jóvenes rurales, no habrán cambios.
Rafael Gallinal, Productor rural de Florida: generar una metodología de trabajo que se manifieste en mayores productividades.
Marcelo Pereira, IPA: Incorporar al factor humano a la investigación es imprescindible.
Ernesto Trambauer, Productor familiar de Rio Negro: la importancia de la rotativa en el manejo del Campo Natural.
Francisco Itzaina, Productor familiar de Durazno: lograr altas producciones con sistemas de pastoreo sencillos y de bajo costo, el camino.
Fernando Lattanzi, Jefe de pasturas del INIA: INIA no se puede dar el lujo de no estudiar el Campo Natural.
No va a ser fácil sistematizar tanta información objetivamente, ojalá que realmente se logren modelos de producción que atiendan urgentemente a los productores que ocupan ni más ni menos que el 65% del territorio nacional.
El optimismo que traigo de cuna, arraigado hasta los huesos, me conduce a pensar que ante tremenda demostración de la necesidad urgente de un cambio en la ruta, no puede estar pasando otra cosa que reuniones para decidir acciones.
De diagnósticos rurales, están llenas las periferias de las ciudades. Que sea esta jornada un antes y un después para el Campo Natural, para la gente del campo, para el Uruguay. Vaya si la necesitamos….
Foro Rural.