Disparidad en la oferta pero precios similares a nivel país
23 de junio de 2017Campo natural: cómo aprovecharlo al máximo
24 de junio de 2017En el último año el precio de la manteca se multiplicó por dos, a pesar de que los restantes productos lácteos mantienen cotizaciones sin mayores variaciones. Pero no es el único producto graso que aumenta su valor en base a una demanda que muestra su avidez: la prestigiosa consultora estadounidense Steiner Consulting lo relaciona con tendencias similares que se han dado en productos grasos de los vacunos y de los cerdos, cuyos precios han subido en proporciones mayores a los de otros productos de esos mismos animales.
“La grasa está de vuelta, luego de décadas de quitarle sabor y regocijo a los alimentos”, dijo Steiner, de acuerdo a lo publicado por el portal Agrimoney.
“Ya se trate de cortes de carne vacuna altamente marmolados (los que ingresan dentro de la categoría Choice, la más alta dentro del escalafón de calidad estadounidense), tocino suculento, alitas de pollo saborizadas o milkshakes de leche entera, los consumidores gastan sus dólares en alimentos con más sabor “, dijo la consultora estadounidense.
El bife ancho Choice alcanzó su precio máximo de la historia en este mes de junio en Estados Unidos, incluso por encima de los picos de 2014/15, cuando los corrales estadounidenses vendían sus animales a cotizaciones 20-25% por encima de los precios actuales. Es que otros productos cárnicos más magros no logran actualmente ese sobreprecio. Los recortes (trimmings) grasos evolucionaron de la misma manera.
Pasa lo mismo con los productos grasos de los cerdos, en los que los precios de la panceta han subido de forma “dramática” relativo a la evolución de la cotización del animal.
Steiner se anima a arriesgar que “atrás han quedado los días en los que los consumidores aceptaban comprar una rebanada de proteína sin sabor por el simple hecho de que se les aseguraba que era buena para su salud”. Y agrega que “los consumidores nos están diciendo que están reclamando más sabor”.
Este regreso al sabor viene de la mano, además, de nuevos estudios científicos que le quitan parte de la “mala prensa” que los alimentos grasos han sufrido en las últimas décadas. “El hecho de sacarlas (grasas) de nuestra alimentación no es correcto, porque nos ayudan a la absorción de vitaminas que son solubles en grasas como la vitamina A, D, E, K y también nos ayudan a la formación de enzimas de hormonas”, aseguran expertos en nutrición. Por supuesto, todo en exceso es perjudicial, y las grasas vaya si lo son, pero en su justa medida son más que necesarias.
Las grasas “son esenciales para generar sustancias en el organismo como la vitamina D, las hormonas sexuales (femeninas y masculinas) y las prostaglandinas, que son moléculas antiinflamatorias necesarias para el sistema inmunológico. Es decir, también las grasas son aliadas desde un punto de vista biológico ya que recubren las membranas de las células”, se asegura en el sitio especializado Enervizante.
La moda no es solo para la ropa y el corte de pelo. En el caso de los alimentos es también trascendente. La grasa, y su sabor único, estuvieron relegadas en los platos durante las últimas décadas, ante la moda de lo magro y lo que “hace bien”. Pero las modas cambian y hay muchas formas de cuidar la salud, sin necesidad de dejar de disfrutar de deliciosos churrascos.